Lo que si que ha cambiado q pude ver hasta tres pelis de estreno entre ellas El mayordomo y Gravity, esta muy adecuada para ir a tantos pies de altura... Lo demás ya digo cutre y una verdadera paliza.
Aterrizar en Tokio es como ser el japones de las excursiones que vemos en España. El idioma limita mucho porque claro no hay manera de situarte. Curioso es que no hay nombre en las calles o si lo hubiera no somos capaces de reconocerlo.
Acarreamos nuestras maletas hasta el hotel Horidome Villa al que llegamos con nuestra brújula personal que es Tomas, mi marido, que oye dale un mapa en cualquier ciudad y, en cualquier idioma como comprobamos... Además de que una señora nos ayudó... se creía que hablábamos japones, por las explicaciones que nos daba y nos acompañó hasta la puerta.
En este punto me pregunto..
¿Cómo se puede haber puesto de todo en una habitación tan diminuta?
Di algo... Secador.. Lo tiene... Mesita, sillón chiquitín, tele, el vater con los botones... Y zapatillas y albornoz. Pues nada ya recuperados empezamos a rodar...
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